Mi parte melancólica que creía dormida desde hacía algún
tiempo, ha despertado con fuerza esta semana. Ayer, de vuelta a casa, escuché
en la radio la mítica canción “Pero a tu lado”, de Los Secretos. No lloré
porque había otro coche parado en el semáforo y no quería que me viera. Echo de menos la buena poesía de Enrique Urquijo. Ese arte que
tenía para entender a la humanidad y poner con su voz la mayor parte de los
sentimientos que todos y cada uno de nosotros hemos vivido alguna vez.
Y hoy, para sentir cerca del gran Urquijo, no hago más que
escuchar canciones de él y buscar conciertos en los que verle la cara. Pero, aunque
ya no nos regale canciones, esa voz desgarrada y arrolladora siempre vuelve a
nosotros. Da igual los años que pasen.
Y como decía Agustín Lara: “Si tienes ganas de llorar… ". Y
yo pienso en Enrique Urquijo e inevitablemente, sonrío y se evapora la tristeza.
Hoy lo recuperamos con una de sus obras maestras.
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