Rayuela: Crónica Festival Tres Sesenta

Primer día del recién nacido Festival Tres Sesenta. Ellos le llamaron tasting y nosotros diríamos testing. Prueba de fuego al recinto, al sonido y a la apuesta musical. De entrada la palabra son colas, inexplicables, en la recogida de acreditaciones, el canje de abonos e incluso las entradas de día.Y luego otra vez colas para adquirir los tickets de bebida y comida, que da lugar a ese curioso momento en que los camareros están cruzados de brazos mientras todos nos agolpamos ante el cuello de botella que son dos personas tras una taquilla enrejada para comprar cuadraditos de papel. Uno de esos papeles iría a pagar los vasos reutilizables que esperamos no se hagan demasiado baratos como para terminar en el suelo igualmente. Los precios también son dignos de mención para bien por mantenerse en los márgenes normales de Pamplona.

Joe la Reina en foto calidad iPhone por tener pase de prensa solo de redactor, como es obvio para una radio

Dicho esto, el testing del Tres Sesenta no partía de cero si no que teníamos en la retina el pasado Festival Electropop que se celebró en el mismo recinto aunque con distinta distribución. Reteníamos en nuestro oídos un sonido no demasiado bueno y con Joe la Reina, los primeros en subir al escenario, nos olvidamos pronto de ese temor: el escenario de la Ciudadela suena muy correctamente. Con respecto a los guipuzcoanos acogidos en Pamplona, la mejora ha sido espectacular tras su paso por las manos de Brian Hunt, y su sonido folk americano es ya una apuesta firme, aviso para quienes los metieron en el saco del resurgir pop-folk como unos más. Sonaron todos los temas que tienen y que esperamos algún día cercano llenen un disco, y presentaron su EP "Change of Mask" presentado a finales del pasado mayo. Sin duda las canciones de ese sencillo fueron las más aplaudidas, con mucha diferencia "Ashes of idols".

Muy Fellini

Breve impass para acercarnos a la barra y comprobar que pocos camareros para mucha extensión también ralentiza el servicio, lo que hizo que al comienzo de Muy Fellini (y después de El Columpio Asesino) estuviéramos pidiendo. La banda de Juan Maraví y Edu Ugarte (rebautizada como Chocolate Sexy) no tienen la cohorte de fans de Joe la Reina y se vieron un poco solitarios en el escenario con una primera fila muy lejana. Y no es una impresión, ellos mismo reclamaron algo de "amor" y más atención al público que no paró de hablar. Ya habíamos visto antes en Pamplona la puesta en escena de "La ciudad de las palmeras", pero la no novedad lo mejoró porque ese es un disco que crece escucha tras escucha.

Sin ninguna duda el plato fuerte eran El Columpio Asesino y quedó claro en la afluencia, lo que puso en evidencia que el escenario de la Ciudadela va a obligar a llenar los laterales del público, porque la visibilidad desde la arboleda es reducida y obliga a mezclarse con quienes hacen cola para tickets. Ahora sí el público se entregó a la fiesta de los navarros que hacen algo muy loable en sus directos: no limitarse a su último disco "Diamantes". Ellos también saben que muchos de los que les siguen ahora les han conocido por este trabajo, pero mantienen la confianza en sus anteriores, más oscuros, menos accesibles, pero también ellos. Y se nota que en algunos de esos temas, incluso en "La marca en nuestra frente es la de Caín", muchos se apagan. Para ellos tocaron "Toro" como falso final y volvieron en los bises para cerrar con su final habitual "Vamos" (bien chévere), y resarcirse del concierto del pasado FEP #5 en el que la Policía Municipal les apagó el sonido.